NIKO SE QUEDA

Foto: Más fútbol

Con un emotivo vídeo y un discurso breve pero sin dejar nada al azar, Niko Williams -acompañado de su hermano Iñaki- anuncia a la parroquia del Athletic de Bilbao su decisión de renovar por el equipo de la ría del Nervión. Termina así un mes en el que la posible llegada del menor de los Williams al Barça llenó páginas de periódicos y horas de tertulias desde que a principios de junio se filtrase que el joven extremo español negociaba con el club culé.

Como era previsible, la operación provocó una cascada de reacciones, entusiastas en Can Barça -con post de Lamine incluído- y de frontal rechazo en la otra orilla. La directiva del Athletic se plantó en la cláusula de rescisión mientras la afición bilbaina se repartía entre las lamentaciones de todo tipo y conductas incalificables, como el borrado de la cara de Niko en el mural de los Williams, pintadas varias -todas de mal gusto- y amenazas directas en las redes sociales al jugador y a su familia.

En realidad Niko había empezado, futbolísticamente, con los pequeñines del  San Jorge de Pamplona y el Bilbao lo fichó mientras era jugador de la base del Osasuna, siguiendo el camino de tantos niños de Navarra y el País Vasco que son captados para Lezama. Vamos, como la historia de David y Goliat que ahora se contaba frente al Barcelona, pero al revés. Sea como fuere en los inicios de su carrera, ahora los Williams forman parte de la esencia del club vasco; son algo así como la marca de la casa de una entidad cuyo arraigo y penetración social exceden mucho el ámbito deportivo.

Será precisamente por ello por lo que el anuncio de la decisión de Niko tuvo un mucho de épica bilbaina y un casi nada de proyecto profesional del jugador. Niko se queda porque es “un león” generoso y leal, porque es “uno de los nuestros”, porque “resistió” el acecho y los cantos de sirena “de los poderosos”. Niko se queda por su familia, por sus amigos, por el escudo, por el himno, por la historia, por su hermano convertido en capitán…

Resulta un poco extraño que en todo este relato lo de menos haya sido el interés de la carrera del jugador. Los posibles títulos, convertirse en el mejor extremo izquierdo del mundo, conseguir ganar la Champions, llegar a ser Balón de Oro… Posiblemente tardaremos un tiempo en conocer todos los entresijos de un mes en el que el futuro de Niko Williams anduvo en boca de todos. Ojalá haya acertado en su decisión, por él, por la selección y por el fútbol español. Y ojalá quienes le ayudaron a decidir hayan pensado en Niko y sólo en Niko. Ojalá.

Publicado por Mar Barcon Sanchez

Madre, médico, socialista, coruñesa nacida en Ortigueira. Razonablemente feliz.

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