NI PARIDAD, NI IGUALDAD NI NADA

Cuando llega el mes de marzo, la Xunta de Galicia entra en “ebullición violeta”. Declaraciones institucionales, lazos en las solapas de los Conselleiros, y esa cara de gravedad que se le pone a los gobernantes cuando hablan desde la impostura. Los periódicos se llenan de fotos de mujeres singulares que han pasado la vida saltando barreras y rompiendo techos, incluso cuando no son conscientes de ello… Ingenieras, economistas, investigadoras, directivas… Curriculums sobresalientes, experiencias laborales sin par, mujeres capaces que, además, suelen contar su realidad desde la sencillez y no se reconocen a sí mismas como excepcionales. Son días de manifestaciones grandilocuentes que, a menudo, esconden el vacío en el compromiso real con la igualdad.

Pero detrás de marzo llega abril y las cosas vuelven “a su cauce”. Los fondos Next Generation  van a suponer una oportunidad única en la historia reciente –y aún pasada- de España y de Galicia. Miles de millones de euros destinados a modernizar la economía, apostar por vectores estratégicos y reorientar los sectores productivos hacia la innovación, la sostenibilidad y la igualdad de oportunidades. Feijoo lleva meses hablando de los proyectos que, según él, van a suponer un salto inequívoco de la economía gallega. No sabemos si son cuatro, ciento sesenta o trescientos (hay cierta disparidad a la hora de dar las cifras y cierta opacidad informativa), pero está clara su trascendencia. Además, habrá que involucrar al tejido empresarial y financiero privado, motores imprescindibles a la hora de garantizar la coherencia de los proyectos –qué, para qué y cómo- y de atraer inversión nacional y extranjera. Para tan alto cometido, Feijoo ha elegido un “Consello” de análisis, evaluación y seguimiento. Tres Conselleiros, un ex Presidente de la Xunta, un economista y cuatro representantes del ámbito privado, tres de Abanca y uno de Reganosa. Ninguna mujer.

La foto podría ser la de un Casino de principios del siglo XX o la de un Consejo de Administración de ese “democrático y moderno” mundo que es el fútbol. Podría ser un gobierno de aquél Tsipras (aunque estos llevan corbata) o un Sínodo reunido en torno al Papa Francisco. Lo único que no puede ser es la foto de un organismo que aspira, en pleno siglo XXI, a garantizar la solvencia y coherencia de los proyectos económicos llamados a impulsar nuestra economía. Lo único que no puede ser es una foto de la sociedad gallega actual; ni siquiera la foto de la excelencia –académica, económica, investigadora o empresarial- gallega actual.

Ni una mujer. Por no estar, no están ni las Conselleiras directamente relacionadas con la actividad económica y la generación de empleo. No está la de Traballo e Igualdade, que ya se encargó de advertirnos que jamás había acudido a una manifestación del 8-M; está claro que no. No está la Conselleira de Medio Ambiente, a pesar de que buena parte de los proyectos deberán vincularse a la llamada “economía verde” y que tanto la transición energética como el cambio de paradigma ambiental están en el trasfondo de esta “revolución económica” que Europa plantea. Y tampoco está la de Pesca, ya que el sector primario lo representa el Conselleiro de Medio Rural, no sabemos si por cuota masculina o por la ourensana.. o por ambas. Del mundo privado ya ni hablar. Pasó marzo y sus nombres vuelven al cajón, hasta que haya que sacarlos de nuevo para un reportaje subvencionado o una medalla con la que lavar conciencias.

En definitiva, queridas, no existís. No existimos, pero a vosotras os lo digo especialmente.. A las que creéis que con estudiar y prepararse es suficiente, a las que os han jurado que “las que valen, llegan”, a las que no os unís al feminismo porque tenéis miedo que os llamen “feminazis”, a las que rehuís la batalla a ver si así os dejan triunfar aquellos que no valen ni la mitad que vosotras.. A las que pensáis que vuestras hijas lo tendrán más fácil porque son más estudiosas, a las que lleváis siete Máster y habláis tres idiomas y medio.. a las que decís, sin rubor, que esto de la igualdad de género es cosa “del feminismo clásico” y que ahora la lucha es otra.. Falso, queridas. La lucha es esta. La misma de Campoamor, de Beauvoir de todas. La de que las mujeres siguen –seguimos- siendo INVISIBLES, excepto, eso si, cuando llega marzo o –naturalmente-  las elecciones. Porque fueron, somos.

Publicado por Mar Barcon Sanchez

Madre, médico, socialista, coruñesa nacida en Ortigueira. Razonablemente feliz.

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