(foto: Agencia EFE)
Confieso que al principio pensé haber escuchado mal. Tan mal que volvía a oírme la grabación porque no daba crédito. Pero no. Otra vez. Ahí estaba Abel Caballero, Alcalde de vigo, Presidente de la FEGAMP, explicándolo: “Verán, lo hicimos solos, la política social la asumimos en soledad. A mi, como Alcalde de Vigo, el Presidente de la Xunta no me llamó ni una sola vez a lo largo del confinamiento. Ni él ni nadie de su Gobierno. Ni para preguntarme si necesitabámos algo”. Un par de horas después, la Alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, al tiempo que agradecía a Gonzalo Caballero su visita a Lugo, afirmaba que le daba las gracias por preocuparse por su ciudad ya que “el Presidente Feijoo ni siquiera la había llamado una sola vez por teléfono en todo el confinamiento”.
Galicia tiene 2.701.743 habitantes (datos 2018) repartidos en 314 municipios. De ellos, casi un millón lo hacen en las siete ciudades de mayor población. Fue precisamente en estos núcleos periurbanos donde la crisis sanitaria adquirió especial relevancia, no sólo por la población que se atendió en hospitales sino también por la especial afectación que sufrieron las residencias de mayores. El Presidente no tuvo ni un momento para hablar con, al menos, dos alcaldes de estas ciudades. Ni un momento en sesenta días para mantener una interlocución directa con quienes en esos días asumieron becas, albergues, atención a mayores, coordinación de voluntariado, desinfección de calles, seguridad, apoyo a familias con pocos recursos, ayuda a alumnado.. Ni una llamada a quienes se convirtieron en el primer apoyo de vecinos y vecinas.
Hace algunas semanas escribí un post sobre el valor de la política local, su capacidad de gestión y la indudable lealtad con la que se habían conducido la mayoría de alcaldes y alcaldesas. Ha vuelto a quedar de manifiesto, no sólo el valor de su esfuerzo sino que siempre han puesto por delante su obligación, en lugar de colocar la queja o la demanda antes del trabajo. A lo largo de la pandemia Feijóo dio más de una treintena de ruedas de prensa (todas en directo por la TVG…) . En cada una de ellas no olvidó, ni un solo día, criticar al Gobierno de España.. o sobraban mascarillas o faltaban mascarillas, o sobraban normas o faltaban normas, o tenían que venir turistas o no tenían que venir turistas.. El material, el dinero, las competencias, las órdenes.. todo lo criticó desde una supuesta “lealtad”. Feijóo se sentaba, al menos una vez por semana, en video conferencia con el Presidente del Gobierno de España y su Conselleiro de Sanidade tenía comunicación a diario con el Ministro de Sanidad. ¿Se imaginan que Pedro Sánchez no hubiera hablado con el Presidente de Andalucía o con Ximo Puig en estos dos meses?. ¿Se imaginan qué hubiera sucedido si desde Moncloa no se hubieran ni dirigido por teléfono a Fernández Mañueco, Ayuso o Revilla?.
Desconozco si la situación vivida por los regidores de Vigo y Lugo se repite en el caso de los restantes alcaldes y alcaldesas. En todo caso es obvio que la actuación de Núñez Feijoo es insólita desde el punto de vista institucional e intolerable desde el punto de vista democrático. Le guste o no le guste a presidente del PP gallego, a Caballero y a Lara Méndez los eligieron sus vecinos y vecinas –por cierto, en el caso del Alcalde de Vigo con una mayoría aplastante- , ambos asumieron las mayores responsabilidades de gestión durante la pandemia y ambos merecían otro trato institucional, personal y político por parte de la primera autoridad de Galicia. Y lo merecían porque representan a buena parte de la población gallega, porque sus vecinos y vecinas merecen respeto y porque en una situación excepcional como esta el trabajo conjunto y la coordinación eran esenciales.
En sesenta días, con apenas cinco llamadas telefónicas al día, el Presidente de la Xunta podía haber llamado, al menos una vez, a todos y cada uno de los alcaldes y alcaldesas de Galicia. Podía haberse enterado, de primera mano, cómo estaban esos vecinos y vecinas a los que en unas semanas va a pedir el voto. Podía haber intentado conocer las necesidades de aquellos que estaban al frente de los operativos de atención social, ambiental, educativa y de seguridad; aquellos que han mantenido la primera línea de defensa de pueblos, villas y ciudades gallegas. No lo hizo. Eso sí, además de echar de menos esas llamadas, también echo de menos que los medios de comunicación nos lo contaran, nos lo dijeran.. Nada. Ni una palabra. Ni siquiera cuando los propios alcaldes lo denuncian en público han sido capaces de publicar esta información. Por qué?.